Romería

En la primavera de 1966, a instancia del sacerdote don Manuel Gómez Orta, un grupo de jóvenes de Acción Católica organizaron para el día 8 de mayo una gira campestre al lugar conocido como “el cabezo de la Bella”, lugar aledaño a las ruinas del antiguo convento franciscano. Se pensó que todo quedase reducido a un día de campo presidido por la Virgen. Sin embargo, la idea se divulgó con asombrosa rapidez por toda la población, participando ésta de forma masiva. Se construyeron carrozas, se engalanaron carros y se hizo una llamada para que acudieran los jóvenes a caballo, ataviados con trajes típicos romeros. El proyectado día de campo de éstos jóvenes se convertía en “la Primera Romería de la Bella del Siglo XX”.
Este acontecimiento fue definido por don Manuel Gómez de la siguiente forma “… Saltó una chispa no sé de quien ni como vino, lo interesante fue que la chispa prendió, se hizo fuego y el fuego en llamas viva abrasó a todo Lepe…”
Renació “La Romería de la Bella”, que -desde fines del siglo XV hasta 1835- se celebró en los terrenos colindantes al convento los días 14 y 15 de Agosto. Prueba de ello es que el referido cenobio poseía, aparte de las instalaciones propias de la comunidad franciscana, un gran corral -que servía para el mercado que había en las festividades- y una casa, como hospedería para los que iban de peregrinación. Por tanto, nuestra romería es la rememoración de aquéllas que hacían nuestros antepasados al citado convento, santuario colombino y mariano; erigido para el auxilio espiritual de estos últimos.


Tras el éxito obtenido y gracias al trabajo personal y a las aportaciones económicas se adquirieron terrenos alrededor de las ruinas del antiguo Convento, creándose con los años un espléndido recinto romero. Allí, en la falda del Cabezo, s e construyó la Ermita -diseñada por Paco Aguaded- y coincidiendo con la tercera romería, el día 05 de mayo de 1968, fue bendecida por el Doctor Don José María García Lahiguera, Obispo de Huelva.
Las fuertes lluvias en las Romerías de 1968 y 1970 provocan que a partir del año siguiente se la celebración pase a ser el segundo domingo de mayo. Asimismo, en 1970 se estrena un simpecado de la Virgen para que presida la Romería, sustituyendo a la imagen chiquita de la Virgen, con la que se había peregrinado en los primeros años.
Durante los primeros años de la década de los setenta se afianza la Romería, se compran fincas colindantes al recinto y en ése se van instalando casetas, y se establecen concursos de Sevillanas, Carrozas, Caballistas, Casetas, así como el primer Pregón que corre a cargo en 1973 de Don Francisco Sánchez Díaz. Y en aquel mismo año de 1973, la Hermandad de Nuestra Señora de la Bella se hace cargo, por primera vez, de la organización de la Romería.
Pero, a pesar de esas mejoras, el pueblo demandaba que la Virgen fuera al recinto. Así el día 12 de mayo de 1974 se traslada -con el respaldo del Cura Don Francisco Pérez Paz- a la Señora a su ermita en una hermosa carreta, obra del orfebre Manuel de los Ríos. De esa manera, la Virgen regresaba por un día a aquellos lugares en los que apareció y que reinó durante tantos años. Por tanto, el año 1974 dividió la historia de la Romería en dos etapas: una antes de ir la Virgen y otra a partir de ese momento.
 

Asimismo, en 1974 y junto al traslado de la Virgen a su Ermita, se crean los entrañables actos del canto de la Salve a su llegada a la Cruz Primera y su visita al puerto de “El Terrón”; Y en ese mismo año, se realiza por primera vez, la Puja del Pendón de la Hermandad, cuyo mantenedor durante muchos años fue Don Manuel González, más conocido como “Perenales”.

Otro momento destacar es la Ofrenda de Flores, que se hacía desde 1970 en la Plaza a los pies de la Virgen chiquita y posteriormente del Simpecado, pero a partir de 1974 pasa a celebrarse en el Pórtico de la Espadaña del Templo Parroquial.
 

A partir de aquí la Romería pasa durante varios años por un estancamiento. Y fueron los años ochenta un revulsivo, pues con el regreso de la Ofrenda a la Plaza, se creó el traslado a hombros de la Virgen hasta el altar que se montaba para el acto. Pero el gran acontecimiento se produjo en 1982, pues la Hermandad de Nuestra Señora de la Bella decide que la Virgen pernocte en el Recinto Romero por vez primera el domingo de romería, regresando la Señora al templo parroquial en la tarde del lunes.
El pernoctar en el recinto una noche, significó un nuevo vuelco en la forma de vivir la Romería, creándose para esa noche el Rosario de Antorchas y el posterior turno de velá y acompañamiento -de los componentes de las casetas- a la sagrada imagen.
En lo que fuera intramuros del antiguo convento franciscano se alzó un monumento con la imagen en bronce de la Santísima Virgen de la Bella que fue inaugurado el día 19 de marzo de 1985. Con este ello, la Hermandad conmemoró el V Centenario de la Aparición de la Imagen de la Virgen de la Bella en aquellos lugares de “El Terrón”.
Posteriormente se mejoró las infraestructuras del recinto y se realizó la Casa-Hermandad, pero fue en 1995 cuando se acometió la primera fase de la reforma de la Ermita, proyecto de la arquitecta Doña Rosalía Moreno.
En 1999 se adquiere un Templete, obra del artista sevillano Manuel de los Ríos, con el objetivo se preservar la imagen de la virgen, pues con ello se evitaban los riesgos que suponía su entrada en el interior de la Ermita.
En el año 2005 -para conseguir un mayor realce de la Ofrenda de Flores- la Hermandad decide que este multitudinario acto vuelva a celebrarse en el Pórtico de la Espadaña del Templo Parroquial.
 

A finales de los noventa y en los primeros años del siglo XXI se observaba un nuevo estancamiento en la Romería, provocado -entre otras causas- por los cambios en la forma de vivir la misma, ya que el recinto romero ofrece unas comodidades que antes no había. Para solventar esos problemas, en el año 2007 la Hermandad de Nuestra Señora de la Bella, modificó el horario de salida de la Virgen a la tarde del sábado, provocando el paso la Ofrenda de Flores al viernes por la tarde. Ello, conllevó la ampliación de la Romería en un día, y por consiguiente, la pernoctación de la sagrada imagen durante dos noches en su Ermita. La celebración de ese año supuso la Romería más multitudinaria vivida hasta el momento; ya que sólo en el Camino de Ida hacia el Recinto de la Ermita una marea humana de más de 20.000 personas -que colapsó la carretera de algo más de 4 Kilómetros que une Lepe y “El Terrón”- acompañó a la Sagrada Imagen en su Traslado.

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